Pregón de la Semana Santa de Sevilla
Lutgardo García Díaz
Teatro de la Maestranza, 22 de Marzo de 2015
Extracto del texto del pregón dedicado a nuestra Esperanza.
Saetas a la Esperanza.
HIZO frío esta noche de traiciones y golpes, de falsos testimonios y de besos de ortigas. El día, por entonces,era un sueño lejano fabricado de estrellas y de vientos y puentes que erizaban las capas. Yo recuerdo haber visto las hileras mellizas de los tramos de velas avanzar sobre el río; la luz impresionista dentro de los varales jugando con las lágrimas, haciendo hermosos prismas, y sonaban las bellas melodías que vuelven de aquel tiempo de oro. Se ha reescrito de nuevo la noche inacabada de los hondos contrastes -de tiniebla y de luces- mientras el Inocente fue llevado por calles con la Cruz en el hombro, nuevamente caído como un rey desterrado del amor de su pueblo. Ahora el aire preludia la llegada del día y este viejo Arenal de Lope y de Cervantes -en medio de los cirios, consumidos, tiznados- ve venir la Esperanza despejando las nieblas de la noche del Jueves. Es la hora del siempre. En un balcón cercano, seguro de su raza, heredero de voces y carbones de fraguas, posa Manuel su mano sobre la barandilla
-fulge como una estrella el pasador del puño- y espera a que se acalle la voz de los metales. Su voz es una hoguera de llamas octosílabas, un cántaro chascado, un coágulo en las venas. Su voz lleva en los hombros la pena de aquel barrio que a través de los siglos va aguardando el regreso de la que en su tristeza despierta la esperanza. Y duele el martinete, cómo duele a esta hora la lucha cuerpo a cuerpo del hombre con su canto cuando hasta el cielo siente los arpones del día. Hizo frío esta noche de hogueras encendidas, de mármoles manchados con la sangre del Justo. Ya se va la Esperanza disuelta en el desorden de las pompas de incienso. Ya Manuel se ha perdido, su voz no es más que otras, ya su voz es recuerdo. Al pasar el Postigo, se descorre la aurora. Yo le lanzo mi beso, con el día la pierdo y la gana la orilla que su regreso aguarda, vestida por la dulce doctrina de unas manos que rescatan el tiempo de las fotos antiguas. Cuando va, como un sueño, a favor de corriente suena, lejos, Font de Anta, sabéis la melodía; y Ella tiende su mano buscando el nuevo día… Como un delfín de oro, salta el sol sobre el puente.